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La Terapia Gestalt es una rama de la Psicología Humanista por su invitación al desarrollo del potencial humano o crecimiento personal. 

Es solo en el presente que podemos conocer cómo nos evadimos. Y sólo conociendo cómo nos evadimos del presente, podemos (re)aprender a vivir más presentes y a disfrutar más de cada momento y así de nuestra vida.

En este sentido, la TG se enfoca más en los procesos (el cómo) que en los contenidos (el qué). El énfasis está en lo fenomenológico, en lo que sucede en el momento presente…aquí y ahora…en lo que estoy pensando, sintiendo y haciendo. ….  y, con el acompañamiento de un terapeuta que señala –  sin juicios ni respuestas – simplemente lo fenomenológico (lo obvio), emergen emociones con necesidad de expresarse, pensamientos antiguos cristalizados en creencias y actitudes automáticas que habitualmente no registramos de forma consciente y que son repeticiones en la vida de la persona. Y la historia del paciente empieza así a ser mirada desde una nueva perspectiva a medida que va observando /expresando lo que no fue observado/expresado en su momento, actualizando así los contenidos pasados desde una nueva mirada, una nueva presencia y desde una nueva comprensión y responsabilidad de sí y de su entorno.

Durante el proceso terapéutico, el paciente se va encontrando con aspectos suyos, conocidos o no, y que suelen ser respuestas automáticas que ya no le sirven o que ya no los necesita, así como con aspectos suyos no conocidos y que representan un enorme potencial de desarrollo.

Es un trabajo personal de profundización en nuestros automatismos y las consecuencias nefastas que pueden tener para uno mismo y para nuestro entorno.

Durante el proceso terapéutico,  la persona va profundizando en el conocimiento de cómo impacta y cómo es impactada por su entorno. La terapia Gestalt continuada, conlleva así a un cambio de perspectiva de uno mismo y del entorno, con más amplitud de posibilidades dentro y fuera de uno.  Haciendo más consciente mi manera de ser y hacer, puedo discernir cuáles son las respuestas fijadas del pasado, que a día de hoy ya no tienen sentido, no están actualizadas a mi presente. Y desde esta toma de conciencia, puedo  ir descubriendo nuevas maneras que me sean más útiles, aprendiendo a adaptarme (que no resignarme) y ajustarme a cada situación. 

El objetivo de la Terapia Gestalt es acompañar al paciente en su problemática, haciéndole más consciente de cómo ha llegado hasta el punto en el que se encuentra y cómo aprender a hacer de otras maneras, devolviéndole la capacidad de elegir que opción quiere tomar para afrontar la vida, de ampliar su campo de posibilidades y dejar de reducirla a una o unas pocas opciones. Gracias a esto, la persona puede conocerse mejor, encontrar un nuevo equilibrio en su vida, con más flexibilidad, menos apego, y también recobrar la creatividad perdida.